miércoles, 11 de marzo de 2015

EL CUENTO


Prólogo para la Antología ABSOLEM de Relatos 

        Alguna vez, en algún momento, cuando aún no había palabras —salvo una suerte de gruñidos primigenios—, por medio de un lenguaje arcaico y gestual, no exento a buen seguro de riqueza expresiva, un homínido, un pariente nuestro, bajito y velludo a tenor de los indicios, sintió la necesidad, placentera, moralizadora, consustancial, de relatar.
         Tal vez fuera así, al amparo de la roca y el hechizo de las llamas, en las noches de completa oscuridad de aquel mundo incipiente, como nacieron los primeros cuentos. Memoria y legado trasmitido, generación tras generación, por medio de pinturas ancestrales y una oralidad aún por fraguar.
         Más tarde, las palabras que tejían ésas y otras historias conformaron un mensaje jeroglífico en la piedra, símbolos hendidos en arcilla, soportes que se fueron sucediendo: hojas de papiro, pergaminos, papel, la imprenta, artefactos digitales… Lenguaje poco a poco más complejo y, al tiempo, más poderoso. No en vano, desde entonces, en todas las épocas y lugares, los líderes políticos y espirituales han tratado de adueñarse de la Historia relatada.
         El cuento es, por su propia naturaleza, el vínculo iniciático del niño con la magia literaria, con el cosmos albergado en las páginas de un libro, sugerido en la fábula escuchada poco antes de dormir; chispa que estimula los tesoros de la infancia —imaginación y capacidad de sorpresa—, y que muchos, pese al paso del tiempo, o quizá por eso mismo, nos resistimos a perder.
        Frente al menosprecio reiterado hacia el relato breve, ABSOLEM apostó desde su origen por los cuentos, reivindicando su vigencia, su rabiosa actualidad en el panorama literario universal.

La presente Antología nos ofrece una excelente prueba de ello. Once cuentos que despliegan verdaderos universos, escritos desde el alma, cargados de pasión por el lenguaje y las historias bien contadas. Relatos que, sin duda, conmoverán al lector.
           


martes, 10 de marzo de 2015